La Vuelta de Martin Fierro Capitulo 26: Cuando me llegó mi turno Dije entre mí: "Ya me toca", Y aunque mi falta era poca No sé por que me asustaba; Les asiguro que estaba Con el Jesús en Ia boca. Me dijo que yo era un vago, Un jugador, un perdido; Que dende que fí al partido Andaba de picaflor; Que había de ser un bandido Como mi antesucesor. Puede que uno tenga un vicio Y que de él no se reforme, Mas naides esta conforme Con recebir ese trato: Yo conocí que era el ñato Quien le había dao los informes. Me dentro curiosidá, Al ver que de esa manera Tan siguro me dijera Que jué mi padre un bandido; Luego, lo habrá conocido, Y yo inoraba quien era. Me empeñé en aviriguarlo; Promesas hice a Jesús; Tuve por fin una luz Y supe con alegría Que era el autor de mis días El guapo Sargento Cruz. Yo conocía bien su historia Y la tenía muy presente: Sabía que Cruz, bravamente, Yendo con una partida, Había jugado la vida Por defender a un valiente. Y hoy ruego a mi Dios piadoso Que lo mantenga en su gloria; Se ha de conservar su historia En el corazón del hijo; El al morir me bendijo Yo bendigo su memoria. Yo juré tener enmienda Y lo conseguí de veras; Puedo decir ande quiera Que, si faltas he tenido, De todas me he corregido Dende que supe quién era. El que sabe ser güen hijo A los suyos se parece; Y aquel que a su lado crece Y a su padre no hace honor, Como castigo merece De la desdicha el rigor. Con un empeño costante Mis faltas supe enmendar; Todo conseguí olvidar, Pero, por desgracia mía, El nombre de Picardía No me lo pude quitar. Aquel que tiene güen nombre Muchos dijustos se ahorra, Y entre tanta mazamorra No olviden esta alvertencia: Aprendí por esperencia Que el mal nombre no se borra.
lunes, 4 de febrero de 2013
La Vuelta de Martin Fierro Capitulo 26:
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